Reseña Tattoo Music Fest 2023 – Un show de largo aliento
La fiesta de la tinta en la piel celebró su octava edición
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Fecha: Sábado 20, domingo 21 y lunes 22 de mayo de 2023
Lugar: Centro de Eventos Autopista Norte
Hora: 12 del mediodía
Calificación: 7.5
Por: Martha Liliana Chaves
Fotografías: Cortesía de Tattoo Music Fest
El Tattoo Music Fest pasó de ser un evento que apuntaba a un grupo selecto de personas, a convertirse en una de las grandes celebraciones de la música en vivo dentro de la cartelera anual. La reciente edición apostó por primera vez a tener tres jornadas consecutivas durante un fin de semana con puente. Por consiguiente el cartel de artistas nacional y extranjero fue mucho mayor con respecto a ediciones anteriores. Fueron 63 actos divididos en dos tarimas con música desde mediodía hasta pasada la medianoche.
El evento posee su gran atractivo en la participación de decenas de tatuadores que desarrollan sus artes situados en diferentes «stands» ubicados en una zona delimitada dentro de una gran carpa. Allí mismo está el escenario principal. Entre los tatuadores se realizan concursos, se brindan charlas especializadas en el tema y los espectadores tienen la oportunidad de llevarse un buen recuerdo sobre la piel por parte de varios de los mejores artistas del país.
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Acudimos a la primera jornada a mediados de la tarde. En el escenario principal los españoles The Fall of Atlantis descargaron su música agresiva con un matiz oscuro. Mientras tanto en el segundo escenario situado en la parte exterior, los bogotanos Perpetual Warfare demostraron por qué son una absoluta fuerza para el thrash metal nacional.
Alí mismo otros dos serios representantes del thrash metal pero venidos del extranjero prendieron los ánimos con sus melodías veloces y sanguinarias. Primeramente los estadounidenses Whiplash con la voz y la guitarra del veterano de mil guerras Tony Portaro, dieron bienvenida a la noche con un repertorio para sacudir la cabeza. Posteriormente los belgas Evil Invaders nos aplastaron con su equilibrio entre velocidad, melodías de corte clásico y oscuridad.
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Los mexicanos Resorte siempre ofrecen un show lleno de energía y buena onda. Esta vez no fue la excepción. Por su lado de los capitalinos Surviving aprovecharon su buena posición en el cartel para dar un espectáculo literalmente explosivo. Lo visto mostró a una banda que ha ganado mucha experiencia escénica en los últimos años.
La gran carpa tuvo su mayor atención con la aparición de los norteamericanos Bleeding Through. Este combo fue uno de los precursores del metalcore a inicios de este milenio y por consiguiente su impronta es brutal. No solo en la vocal de Brendan Schieppati sino también en el peso de las guitarras junto al aporte en teclados de Marta Peterson. Su presentación fue emocionante.
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Thell Barrio sonó un tanto más plano, aunque nadie puede negar el interés que pusieron en conectar con la audiencia y ser un número entretenido. Los neoyorquinos Sick of it All saben muy bien cómo dar un espectáculo de hardcore. Riffs demoledores, mucha entrega sobre la tarima y canciones que pese a los años no pierden nada de su frescura.
El cierre de la jornada vino por cuenta de Fear Factory. Este fue el regreso de la agrupación californiana luego de casi 20 años de su debut en el festival Rock al Parque. En esta oportunidad liderada por el guitarrista Dino Cazares, la renovada alineación contó con el vocalista italiano Milo Silvestro, quién realizó una interpretación destacada de canciones muy recordadas en la voz del anterior frontman, Burton C. Bell. Aunque el sonido fue algo saturado por momentos, y se extrañó una mayor presencia de público, se disfrutó mucho con la famosa banda de metal industrial.
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El día domingo el ambiente fue más extremo. Cries of Blood mostró su agresividad cuando la tarde se pasaba con buena cerveza. En el escenario principal los mexicanos Cemican se encargaron de sacudir a los parados en la platea. Here Comes the Kraken sabe entregar un show dinámico y con momentos para las sonrisas. No es primera vez que estos mexicanos pasaban por nuestra capital y cumplieron.
Masacre venía directamente de girar por Europa, donde las reseñas dieron alta nota a la banda del experimentado cantante Alex Okendo. Son el más serio exponente del death metal patrio, marcando la pauta desde los años ochenta. En su actuación no faltaron esos clásicos bien conocidos por muchísimos metaleros.
Con la carpa completamente llena se vino un tren de emociones con riffs pesados, muchas guturales y baterías potentes. Los norteamericanos Misery Index, Incantation, Kataklysm y Deicide encendieron los ánimos con su arsenal extremo. Pese a que hubo algunas dificultades en lo que al sonido refiere, en particular en Deicide, considero que la gente se lo pasó en grande.
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El lunes el cartel ofrecía otras texturas como lo es el hip-hop. Hubo buenos representantes de estilo como lo fueron la mexicana Astrid Cruz, seguido del también mexicano Turek Hem, el nacional Lil-H-Triple FK, Almanegra y los también mexicanos ZXMYR. Buenas rimas, muchas de ellas con crudas realidades de nuestra vida, aunque faltaron más espectadores para estas muestras de talento al aire libre.
Los punk bogotanos Lupus son arena de otro costal. Su participación fue bien llamativa por cuenta de interpretar canciones incisivas con una puesta en escena combativa. El cantante tuvo una actuación intuitiva, arrojando sus versos sombríos bajo el respaldo de unos músicos compenetrados.
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En el escenario principal los mexicanos Joilette en compañía de los argentinos Sudarshana hicieron las delicias de los amantes al pogo. Dos conjuntos provistos de muchas melodías con decibeles; no pasaron inadvertidos.
Sobre las nueve p.m. la banda argentina de groove metal A.N.I.M.A.L. hizo su aparición para alegría de quienes aún permanecíamos en el recinto. El trío que lidera el cantante Andrés Giménez sabe cómo dar un espectáculo entretenido con mucha conexión con la audiencia, y siempre acompañando sus letras con un buen mensaje.
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Desafortunadamente los imprevistos técnicos no fueron ajenos en esta actuación y un cuarto integrante traído para hacer sintetizadores y samplers no pudo tener debidamente conectado su sistema de audio. Lo anterior, en palabras del propio Giménez, los llevó a tener que reconfigurar su performance, la cual de poderse haber realizado seguramente hubiera estado inclinado a su más reciente disco, «Íntimo extremo», con el que se conmemoran sus 30 años de carrera.
Uno de los detalles que llamó nuestra atención es que la zona de tiendas tatuajes no tuvo mayor actividad en la tercera jornada. Seguramente producto del escaso público. Aquello bajó un poco el ánimo en la conclusión del evento, cuando generalmente los cierres son los que deben ser más celebrados.
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Tattoo Music Fest es una cita colorida, y en la que siempre se ven extraordinarios artistas en vivo, una fabulosa vitrina para los grupos locales. Sin embargo esta propuesta de largo aliento —tres días— con una distancia considerable de la ciudad, quizá deba ser reemplanteada de cara a futuras ediciones. No siempre más es sinónimo de mejor. Sea como fuera la edición 2023 entregó su mayor parrilla musical y más de uno se llevo un poco de arte sobre el cuerpo.