Lacuna Coil – Sin miedo a nada o nadie
La banda italiana retornó a la capital con un fascinante espectáculo

Fotografías: Enrique Díaz
Fecha: Viernes 21 de marzo de 2025
Lugar: Ace of Spades Club – Bogotá
Calificación: 10
Debieron transcurrir quince años para que la banda más famosa de Italia regresara a suelo colombiano. Toda una vida, y más aún viendo cómo la calidad del quinteto de Milán va en alza tras editar el pasado mes de febrero “Sleepless Empire”, su décimo álbum de estudio. Prueba de esto es que eligieron seis canciones de su obra recientemente destapada como parte del repertorio, y vaya que funcionaron de maravilla.
Quizá la acogida no ha sido la mejor por parte del público nacional. Este show primero se fijó en el Lourdes Music Hall, luego pasó al auditorio cristiano C.E.G., y sobre la hora se anunció que Ace of Spades sería el recinto final. Con ello es claro que Lacuna Coil no engancha por aquí lo que bandas como Nightwish o Epica alcanzan en ventas de taquilla, pero a veces menos es más, y con el recinto situado al occidente de la capital a reventar, lo que vivimos fue una auténtica fiesta.
Sobre las nueve de la noche las luces se desvanecieron y la ansiedad remeció el lugar. En escena la portentosa Cristina Scabbbia vistió un atuendo rojinegro perfecto para su estatus de ícono gótico. A su lado, como desde hace 30 años estaba Andrea Ferro, la contraparte masculina en el micrófono. El plus de ellos con respecto a otras agrupaciones es contar con dos vocalistas que animan por punta y punta del escenario.

La banda partió la acción con ‘Layers of Time’ y muchas manos de alzaron en platea y balcones. Con enigmáticos maquillajes vimos entonces a Marco Zelati en el bajo. Él junto a Scabbia y Ferrro han estado en el grupo desde sus inicios, más precisamente desde cuando este era novia de la vocalista y con el tiempo uno de sus socios. Los dos miembros con menos tiempo son el baterista Richard Meiz y el guitarrista Daniele Simone, este último entró hasta el año pasado a aportar con su instrumento de siete cuerdas.
Lacuna Coil no es precisamente una banda pomposa de metal sinfónico. Si bien en su primera etapa merodeaban ese modelo del metal melancólico europeo de Theatre of Tragedy o Tristania, su evolución incorporó cosas del nu metal con tintes electrónicos. Sin embargo su trabajo más reciente ha traído melodías de gran talante gótico. La primera de ellas que escuchamos esta noche fue ‘Hosting the Shadow’.

‘Our Truth’, desde su disco “Karmacode” (2006) nos recordó cuando la banda despegó en los Estados Unidos con shows en el Ozzfest y carátulas en revistas como Revolver erigiendo a Scabbia como una de las vocalistas más guapas del metal. ‘Trip the Darkness’, nos llevó a la década siguiente, con una piel más alternativa.
Scabbia habló de la terapia de grupo, y al igual que Ferro se les vio emocionados ya que el lugar ardía. ‘Now or Never’ más ‘In The Mean Time”, fueron piezas extraídas de su disco “Black Anima” (2019) que reafirma como en los últimos años ellos vienen componiendo material de gran calidad.

El cover de los ingleses Depeche Mode para ‘Enjoy the Silence’ es un as bajo la manga, y el tratamiento de los italianos lo convierte en algo propio casi por derecho. Más adelante dos de los mejores de temas de su nuevo disco retumbaron: ‘Oxygen’ y ‘I Wish You Were Dead’. Sin duda son melódicos como pegajosos en sus coros.
Los clásicos de su primera época ‘Heaven’s a Lie’ y ‘Swamped’ tuvieron relecturas más modernas ya que Lacuna Coil los regrabó para celebrar los 20 años de su álbum “Comalies” (2002), una obra que les permitió dar un salto internacional. Claramente este fue el clímax, con la audiencia coreando a todo pulmón.

Tras unos minutos fuera del escenario, el quinteto retornó para tocar cuatro temas siendo el último de ellos ‘Nothing Stands in Our Way’, precedido por una invitación de Scabbia a todos los presentes a no tener miedo ante nada. Sin duda un punto muy emotivo, que bordó una actuación entretenida por parte de un conjunto sin par en el vasto espectro del metal.
Con la promesa de la diva de la noche de un próximo reencuentro que no tome otros 15 años, el grupo se despidió con la frente en algo y los presentes con inocultables sonrisas. De eso precisamente se trata esta maravilla de música.