Discos: Metallica – “Kill ‘Em All” (1983)
Hace cuarenta años arrancó una revolución thrasher
Megaforce
Por: Alejandro Bonilla Carvajal
Estamos ante la primera obra de estudio que esculpió una de las bandas más grandes, influyentes y vigentes de la historia. Aquí está el alba del denominado thrash metal: todo su vertiginoso y agresivo andar encarnado en un entonces joven cuarteto californiano con el deseo y la capacidad de comerse al mundo. «Kill ‘Em All» marca un antes y un después en la música.
Metallica se conformó dos años antes de poner esta obra en el mercado. Luego de una serie de actuaciones en pequeños clubes fueron convocados por el sello Metal Blade para incluir una canción en su compilado «Metal Massacre». La banda eligió ‘Hit the Lights’, que precisamente terminó abriendo su debut fonográfico.
Un demo llamado «No Life ‘till Leather» registrado en 1982 le abrió el camino al conjunto por ese entonces conformado por James Hetfield en guitarra y voz, Dave Mustaine en guitarra, Ron McGovney en el bajo y Lars Ulrich en la batería. Así obtuvieron un contrato para grabar un primer álbum a través de Jon Zazula, dueño de una discotienda en New Jersey.
La banda realizó cambios claves en su alineación antes de la grabación. McGovney fue reemplazado por el legendario Cliff Burton en las cuatro cuerdas mientras el guitarrista Dave Mustaine fue expulsado por su complejo carácter y abuso con sustancias. Su lugar lo tomó Kirk Hammett que venía de la banda Exodus además de ser alumno del virtuoso Joe Satriani.
La grabación se realizó en el estado de New York con Paul Curcio, un productor con experiencia con bandas de rock n’ roll como The Doobie Brothers, pero ajeno al tema del heavy metal. Por ende las tomas se realizaron como con cualquier otra banda, y al final el resultado no dejó con satisfechos ni a los músicos ni a Zazula, así que debieron realizar una esforzada remezcla del material para elevar el sonido de las guitarras y ecualizar mejor la base rítmica.
De cualquier forma el grupo sabía lo que quería hacer y no requería mayores opiniones externas. El punto era registrar estos temas en dos semanas y dar el primer golpe antes que otras bandas como Slayer, Anthrax o los mismos Exodus. Y vaya que no erraron en hacerlo.
En sus diez canciones —cuatro de ellas compuestas por el ido Mustaine— la música es una adaptación gringa del heavy metal que venían desarrollando años antes conjuntos británicos como Judas Priest, Saxon, Diamond Head y los propios Iron Maiden. Pero no solo era eso. Metallica tenía un filo punk, una urgencia en cada tramo instrumental que hacía de esto algo más desafiante y crudo. Con «Kill ‘Em All» era claro que no se trataba del mismo heavy metal y el apelativo thrash surgió para describir aquello.
Cuando se conoce el largo camino que ha recorrido Metallica cuatro décadas después, con su amplia evolución por producciones mucho mejor logradas y más ambiciosas, así como con ciertos discos que no han sido lo mejor de su catálogo, «Kill ‘Em All’ se aprecia precario y hasta ingenuo por momentos. Sin embargo el impacto de este debut fue enorme, y se tomó como un manual de instrucciones por innumerables conjuntos que adaptaron esa impronta rauda y soberbia como propia. El metal dio un enorme salto con este disco del que solo se despacharon 15 mil copias originalmente. En la actualidad ha vendido cinco millones de copias solo en los Estados Unidos.
’Whiplash’ y ‘Jump in the Fire’ salieron más adelante como sencillos siendo dos cartas totalmente ganadoras. La partida con ‘Hit the Lights’ es arrolladora. ‘The Four Horsemen’ posee el punch para sacudir cráneos. Luego ‘Motorbreath’ te toma por el cuello con una batería maquinal. Más adelante figura la majestuosa ‘(Anestesia)-Pulling Teeth’ ofreciendo un majestuoso solo de bajo por cortesía del querido y echado de menos Cliff Burton.
‘Phantom Lord’ mantiene la adrenalina por lo alto con un excepcional solo de Hammett. ‘No Remorse’ tiene mucho brío con una estructura sólida. ‘Seek and Destroy’ es mi pieza favorita del álbum, un tema inmortal que siempre eleva los ánimos con un coro ganchero a más no poder. El cierre viene con ‘Metal Militia’, que sella este ataque con toda la furia.
Aterrador, imponente e implacable. Este cuarentón sigue sonando salvaje pese a sus limitaciones técnicas. El primer chispazo de una explosión metálica que hoy sigue afectando a millones de personas. Bendito el día que se creó esto.