Die Antwoord – Transgresión al límite
El dueto sudafricano retornó a la capital luego de ocho años de ausencia
Fecha: Sábado 16 de noviembre de 2024
Lugar: Teatro Royal Center
Calificación: 9.0
Texto: Martha Liliana Chaves
Fotografías: Choto Suarez
El dúo de hip-hop electrónico que surgió en Ciudad del Cabo (Sudáfrica), y que se hizo viral en la internet gracias a su video ‘Enter the Ninja’, finalmente otorgó su propio espectáculo en nuestro país. Tengamos presente que su primer show en suelo nacional se produjo en un momento de mayor efervescencia; sucedió hace casi una década en el marco del afamado festival Estéreo Picnic, pero ahora Die Antwoord regresó para tocar frente a una audiencia propia y de paso brindar un espectáculo más extenso.
Para los poco familiarizados con lo que hacen los cantantes Ninja y Yolandi Visser, debo decir que es una ecléctica propuesta adornada de elementos callejeros, propios de la contracultura de su lejano país y que se expone de forma provocadora a través de una amalgama de beats y ganchos pop, no aptos para audiencias conservadoras.
Su estética tan llamativa como los audiovisuales que respaldan sus sencillos redondean un performance fiestero y con un aire clandestino. En este concierto disfrutamos casi una veintena de canciones extraídas de álbumes tan exitosos como “Ten$ion” (2012), “$O$” (2009) y “Donker Mag” (2014).
Pasadas las 9:00 p.m. la dupla de Ninja y Yolandi en compañía de su misterioso DJ, Hi-Tech, aparecieron en tarima ante el delirio colectivo para partir con ‘Fatty Boom Boom’ y desde ahí el baile fue una constante entre los reunidos en la platea del importante recinto del barrio Chapinero.
Con todos los presentes ardiendo, Die Antwoord desplegó éxitos como ‘Ugly Boy’, ‘Baby’s On Fire’, ‘Banana Brains’ y uno esencial como lo es ‘I Fink U Freeky’. Derroche de energía con un público complice que no paró de responder, incluso en temas más recientes como ‘Pokémon’.
No puedo dejar de mencionar la polémica que ha rodeado al grupo en el último tiempo. Serias acusaciones de abuso por parte de la pareja de Ninja y Yolandi hacia su hijo adoptivo, Tokkie, además de la puublicación en redes de una confrontación entre Ninja y el músico Andy Butler con insultos racistas de por medio, dejaron mal parado al grupo. Aquello condujo a su cancelación en algunos festivales y una imagen negativa que no hay duda ha repercutido en un bajón en su popularidad.
Al margen de estas sombras, su actal show es un divertimento electrónico con gran atracción escenica. Una dualidad entre la broma y lo pendenciero, una paradoja de lo grotesco y lo artístico. Esta fiesta resultó memorable.