Meshuggah en Colombia – Resonancia adictiva
Primer show de la banda sueca en nuestro país
Fecha: Miércoles 16 de octubre de 2024
Lugar: Teatro Astor Plaza
Calificación: 8.0
Texto: Martha Liliana Chaves
Fotografías: Andrés Naizaque
Meshuggah no tiene canciones fáciles de digerir. Puede estar en el mismo género de Iron Maiden pero acá no van a aparecer estribillos que se te peguen fácilmente o un acorde simple que se repite una y otra vez por tres minutos. Lo de este quinteto escandinavo está más cerca de la exploración del rock progresivo de King Crimson que de la inmediatez de los grandes éxitos de Metallica.
En los años noventa cuando nombres como Pantera, Machine Head o Prong redefinieron el metal con acordes gruesos, Meshuggah deambulaba en esa manada como un perro de cinco patas. Su ambición apuntaba más a la técnica instrumental con una intensidad ampulosa sin reparar en el concepto tradicional de una canción.
Hoy con nueve trabajos de estudio y dos en vivo, Meshuggah ha ido incrementando su ruido característico, arrojando algunos matices melódicos más cercanos al mundo de los ciborgs que de las destrezas humanas. Te gusten o no, cada paso en su carrera llama la atención, ya sea por su constancia en sonar tan estructurados como pedregosos.
Noche de miércoles. Con las puertas abiertas nos recibe el Teatro Astor Plaza. Este recinto es más reconocido por dar espacio a humoristas y musicales que por ser una sala para el metal en vivo. Sin embargo la aparición de Meshuggah no fue la primera de una banda metalera, y constatando que el sitio tiene todas las condiciones de sonido, estoy segura que no será la última.
Previo al acontecer de los suecos, el grupo ecuatoriano Minipony dio apertura con un concierto muy directo. Su participación no fue caprichosa, ya que su música devela el gusto por el metal y el hardcore con mucho peso en las cuerdas. La cantante Emilia Moncayo tiene carisma. Sus minutos en escena fueron aplaudidos por una audiencia que de a poco fue llenando la sala.
Poco después de las nueve de la noche Meshuggah apareció luego de hacer sonar una introducción bastante aterradora. Los cinco barbudos que conforman a este demonio saben qué hacer para sonar como una máquina asesina. Cada riff, cada punch de batería y cada gutural por cuenta de Jens Kidman estaban puestos en su debido lugar. Claramente no se alejan de la experiencia que arroja dar “play” a sus discos.
La actuación partió con ‘Broken Cog’, extraída de su más reciente trabajo “Immutable”. Esto captó la atención de muchos obviamente, pero realmente los saltos de la gente y las sacudidas de cabeza se apreciaron con ‘Rational Gaze’, que hace parte de su álbum “Nothing” editado en un ya lejano 2002.
El guitarrista Fredrik Thordendal lanzaba acordes como proyectiles y cada tanto sus solos traían algo de color a su monocromía sonora. Y en esto insisto que Meshuggah se la juega por los riffs, luego por una base instrumental arrolladora y por debajo vienen los pequeños pero importantes detalles.
Una voz propia de un robot nos dio la introducción a la espeluznante dupla de ‘In Death – Is Death’ junto a ‘In Death – Is Life’. El guitarrista Marten Hagstrom también es fundamental en el engranaje de la dupla de guitarras de ocho cuerdas.
‘Bleed’ es una canción que va a una velocidad sobrehumana. En ello pudimos apreciar la pegada de Tomas Haake con el apoyo de Dick Lövgren en el bajo. Para la banda todo va en la manera cómo manejan los tiempos, y en ello sacar el mejor provecho a su groove. En síntesis una incontrolable capacidad de remecerlo todo.
La gente lo pasó de maravilla. Estoy convencida que a la mayoría se nos hizo algo corto el repertorio pero valió la pena. Con ‘Demiurge’ la agrupación se marchó triunfal. No cabe duda que mientras exista Meshuggah esta regresará porque pudo comprobar el aprecio que se le tiene por estos lares a su música inclasificable y violenta.