Discos: Led Zeppelin – “Houses of the Holy” (1973)
Un punto de giro en la evolución sonora del celebre conjunto británico
Atlantic
Por: Alejandro Bonilla Carvajal
El quinto álbum en la carrera del conjunto inglés mantiene un patrón similar de elementos folk acústicos, blues rock con magistrales estribillos y relámpagos en la guitarra de Jimmy Page. No obstante su enfoque resulta un tanto más flexible y relajado; aquí se bebe de otras corrientes (funk y reggae) dando apertura a un sonido más limpio. De cualquier forma «Houses of the Holy» posee material fundamental en sus shows y en la memoria de sus millones de fanáticos.
Luego del tremendo impacto comercial que representó su álbum antecesor, «IV», publicado en 1971, tanto Jimmy Page como el bajista / teclista John Paul Jones aprovecharon que cada uno tenía un estudio casero donde pudo preparar composiciones con sus respectivos arreglos para así encarar el siguiente disco. La buena experiencia que habían tenido los músicos grabando en el campo con el estudio móvil de The Rolling Stones los llevó a ubicarlo en la casa del mismísimo Mick Jagger y allí confeccionar esta obra.
Este es el primer álbum del grupo con un título en propiedad. Sus cuatro primeros trabajos venían numerados, pero este ostenta un nombre magistral, «recintos de lo sagrado», además de presentarse con una llamativa carátula donde un grupo de once niños escalan una misteriosa montaña para tener un encuentro de tipo celestial. La surrealista imagen fue creada por el reconocido grupo de diseñadores británicos Hipgnosis (Pink Floyd, Black Sabbath).
La apertura con ‘The Song Remains The Same’ se percibe festiva y acogedora con un virtuoso trabajo en las cuerdas de Page, y la singular voz de Robert Plant dando la bienvenida a esta fiesta. Luego la intensidad baja dramáticamente con la hermosura de ‘The Rain Song’. Compuesta a partir de los primeros acordes de ‘Something’ de The Beatles, es una pieza sensible con un aura de fantasía que constituye uno de los momentos más finos de toda su discografía.
Más adelante ‘Over the Hills and Far Away’ es otro punto épico. Escrita alrededor de la cultura hippie entrega una base folk que va creciendo de una manera maravillosa con una guitarra altisonante. La garganta de Plant está llena de luz. A mi juicio una de las mejores canciones hechas por los londinenses.
La cara A la cierra con menos virtud en ‘The Crunge’, un corte de aire funk inspirado en James Brown. Se denota el esfuerzo de Plant por sonar parrandero e improvisado. El punch de John Bonham es llamativo pero al final este tema no cuaja del todo dentro del gran marco del disco.
‘Dancing Days’ tiene un brio fabuloso. Es Led Zeppelin en toda su pulpa. Una pieza exquisita de comienzo a fin. Buenas guitarras, la base rítmica galopando y Plant pletórico como todo un dios del rockandroll. Mientras ‘D’Yer Mak’er’ es otro experimento, esta vez con ropas caribeñas. Sin duda es una gran pieza y con el paso del tiempo ha demostrado que esta loca idea de Bonham tenía los argumentos para consolidarse como todo un hit.
El pasaje oscuro y sobrecogedor lo brinda ‘No Quarter’, tema que condensa la magia de una banda inspirada como la que más. El colofón de esta producción es igual de superlativo. ‘The Ocean’ ofrece un ritmo pesado de guitarra que deriva en algo funky con un intermedio a capella para sellar con la banda descargando todo su poder.
Con medio siglo de historia «Houses of the Holy» sigue siendo uno de los trabajos más meritorios de un grupo legendario. Tiene colores, es disfrutable de palmo a palmo y no ha perdido un ápice de ese enigma que siempre bordeo a estos cuatro gigantes músicos.